Mariola ha decidido denunciar la vulneración de sus derechos durante su parto. ¿Cómo son los procesos judiciales cuando una mujer decide llevar hasta el final su búsqueda de reparación? Tratamos de entenderlo a través de las historias de Sara y Ángela, que tuvieron que reclamar ante la ONU para obtener la justicia que los tribunales españoles les negaban.Ilustración de Lu Garrido
Lucía Antes de empezar, dos cosas. Si nos escuchas con auriculares, podrás apreciar que este pódcast está mezclado en binaural. Te invitamos a que lo pruebes.
También puedes escucharnos desde nuestra web, donde encontrarás la transcripción y más contenidos. El enlace es parir.info
Francisca Fernández Siempre, antes de un juicio, te pones un poco nerviosa, porque tienes que controlar muchos aspectos del juicio. Pero es normal, no tiene importancia. Incluso, los nervios te ayudan a trabajar mejor.
Secretario María de la O Santiago Ponce...
Francisca Fernández No, no. Sí, yo soy la abogada. La letrada.
Claudia Estamos a las puertas del juzgado contencioso-administrativo de Mérida, en noviembre de 2021.
Francisca Fernández es abogada especializada en derecho sanitario y, en concreto, en casos de mujeres que han sufrido violencia obstétrica.
En este juicio, representa a Mariola, la víctima.
Mariola Me quedé embarazada muy ilusionada, porque me costó mucho. ¡Jolines, que lo estoy haciendo yo! Una ilusión, una... Muy, muy bonito.
Yo, mi parto, me lo imaginaba normal y corriente, como otra persona. De esto que te dan dos puntos y ya está. Pero no.
Claudia En este capítulo, vamos a tratar de entender cómo son los procesos judiciales cuando una víctima decide denunciar.
Os anticipamos que son largos y complejos, y que el lenguaje que se usa en un juicio suena raro.
Soy Claudia Reig y esto es «Parir en el siglo 21», un documental de Barret Cooperativa.
Juez Ya sabe que se le ha propuesto como perito. Usted jura o promete que va a decir toda la verdad y se va a ajustar a las reglas de su pericia?
Perito Juro.
Francisca Fernández Gracias, Señoría. Doctor, ¿el parto de la señora María Dolores Santiago fue un parto normal? ¿Hubo alguna incidencia reseñable?
Perito Bueno, fue normal... Fue un parto con episiotomía, pero la marcha del parto, digamos, dilatación y expulsivo, fue normal.
Claudia Bueno, además de la episiotomía, el relato que hace Mariola no es el de un parto normal. Pero ella no declara, ni siquiera acude como público.
Así que, para que podamos entender todo lo que ocurrió, es imprescindible que escuchemos también a la propia Mariola.
Mariola Rompí aguas, me pusieron oxitocina, empecé con los dolores... Fui dilatando, pero de cinco no pasaba.
Tenía que empujar, porque el niño tenía que salir, pero el niño no salía.
Cogió una banqueta, se subió encima de mi barriga... Hizo de todo.
Claudia Mariola se refiere a que el matrón, subido a aquella banqueta, dejó caer todo el peso sobre su barriga, presionándola para acelerar la salida del bebé.
Esta práctica se conoce como maniobra de Kristeller y hablamos mucho sobre ella en el anterior capítulo de este pódcast.
Es una maniobra desaconsejada por guías clínicas y protocolos de todo el mundo, y cuando se realiza, no se refleja en la documentación de los partos. Así fue en el caso de Mariola.
En el juicio, las únicas fuentes de información son los informes clínicos que redactaron los profesionales que atendieron a Mariola durante el parto y las consultas posteriores.
Estos documentos son los que estudia el perito para poder responder a las preguntas que le hacen durante el juicio.
Por eso es tan importante que los sanitarios reflejen en las historias clínicas todas las intervenciones, todo lo que observan, todas las patologías…
Llegado el momento, esta es la única prueba válida con la que cuenta una paciente que denuncia la atención que ha recibido.
Mariola El niño no salía. Entonces él sacó a mi marido fuera, me puso la sábana verde y yo, ahí, no noté nada.
Simplemente que él empuja un poco y en seguida salió. Deduje que era la episiotomía.
Francisca Fernández Se le practicó una episiotomía. ¿Esta intervención en qué consiste?
Perito Es un corte que se hace en el periné para ampliar el canal del parto y la salida del feto.
Francisca Fernández ¿Tiene algún riesgo?
Perito El riesgo que tiene es el desgarro. Esa episiotomía tiene que tener un ángulo y un tamaño determinado, para evitar el desgarro o la prolongación de la episiotomía.
Entonces, yo creo que el ángulo no fue correcto, porque se prolongó y seccionó el esfínter anal interno y el externo.
Francisca Fernández ¿Hay constancia en la historia clínica de que se explorase a la señora María de la O, después del parto?
Perito No, en el partograma que se expone, y donde se habla de la episiotomía, nadie dice que se haya revisado el canal del parto.
La revisión del canal del parto debe ser obligatoria en todos los partos. Pero cuando hay una episiotomía, entonces es absolutamente obligado.
Porque es que es la única manera que existe de que no se nos pase desapercibido un desgarro.
Francisca Fernández ¿Cree usted que si el matrón hubiera explorado a la señora Santiago, se hubiera dado cuenta de la entidad real del desgarro?
Perito Con total seguridad que sí.
Una exploración que debe de llevar entre tres y cinco minutos, no lleva más –y, encima, con anestesia epidural es absolutamente indolora– te permite ver la prolongación de la episiotomía.
Francisca Fernández El matrón, en la historia clínica, anotó que el desgarro era de primer grado. ¿Es esto correcto?
Perito No, el desgarro no era de primer grado. En general, por el mero hecho de la episiotomía, debería ser un segundo grado.
Esa señora marchó con un desgarro de tercer, cuarto grado, de alta.
Mariola Y al día siguiente, que pasó la ginecóloga a verme, qué tal el parto y todo...
Pero bueno, te dicen que todo es normal, me dieron a los nueve días el alta...
Me fui a mi casa con mi hijo, súper contenta. Para mí, la maternidad era una ilusión, una nueva vida.
Pero yo no... no estaba bien.
Francisca Fernández En el informe de alta que firma la doctora, pone que acuda a revisión solo con ella.
¿Es esto normal? ¿Que un médico dé un alta y limite las posibilidades de revisión puerperal a solo ella?
Perito Bueno, a mí me parece... no sé. En los hospitales donde hay varios ginecólogos que pasan consulta obstétrica, puede ser uno cualquiera.
Se pone “revisión postparto” y ya está. No tiene por qué ser una.
Mariola Se lo comenté a la matrona y le dije que yo seguía estando mal, que no me encontraba bien, que no podía salir de casa. Que yo estornudaba, hacía algún esfuerzo y yo me lo hacía encima.
Entonces, me subió al potro y lo primero que hizo fue echarse las manos a la cabeza y decirme que estaba totalmente abierta.
Que me había quedado totalmente abierta y que estaba haciendo todo por el mismo sitio.
Francisca Fernández Ella la remite al hospital de Llerena, de urgencias. Allí, la doctora la opera y en esta intervención se revela, por primera vez, que estaba roto el esfínter. Y se une.
Si se la hubiera operado en el acto –es decir, cuando se produjo el desgarro–, ¿cree usted que no habría estado con incontinencia?
Perito Yo estoy convencido de que no. Esta intervención, para que sea efectiva de verdad, hay que realizarla en el postparto inmediato.
Si tú detectas que existe un desgarro de esfínter, tú lo coses en el momento del parto y, siempre que lo cosas antes de las 12 horas del postparto, el pronóstico es muy bueno.
Francisca Fernández La ginecóloga que hizo la supuesta reparación... Pero es que era una reparación imposible, porque el esfínter anal, o se repara en el acto o ya queda mal.
Esta ginecóloga, es que está casada con el matrón que hizo la actuación. Entonces claro, ella todo lo minimiza. No tiene importancia, ha quedado todo perfecto...
Francisca Fernández ¿Cómo afecta a la calidad de vida de una mujer este tipo de situaciones?
Perito Pues yo creo que es fácil de imaginar. Una persona que no contiene las heces, su vida laboral es un tormento.
Social, personalmente y laboralmente es un auténtico desastre. Una agonía terrorífica.
Francisca Fernández Pues muchas gracias, doctor. No hay más preguntas, Señoría.
Claudia Aunque estamos oyendo hablar de la actuación del matrón y de la ginecóloga, este juicio no va contra ninguno de ellos.
Mariola reclama al Servicio Extremeño de Salud que repare el daño que ha sufrido. Pero esta administración se niega a asumir ninguna responsabilidad y por eso estamos en un juzgado.
Aquí, el Servicio de Salud mantiene su actitud y trata de eludir su responsabilidad.
La estrategia de su abogado llega incluso a plantear que el desgarro de Mariola podría ser culpa de ella. Esta es la respuesta del perito.
Perito Bueno, vamos a ver. Para que las relaciones sexuales provoquen un desgarro de esfínter anal interno y externo, tienen que ser unas relaciones salvajes. Salvajes.
Vamos a ver, la patología que más se asocia a la incontinencia fecal en embarazadas es el trauma obstétrico. Y eso lo dicen todos los protocolos.
Francisca Fernández Hola, Mariola. Creo que hemos hecho todo el trabajo que había que hacer, así que estoy contenta.
Es que desde el Servicio Extremeño de Salud están sugiriendo que tú te podrías haber hecho ese desgarro tú misma. Muy fuerte. Me parece increíble.
Mariola ¿Pero eso sería un problema, Francisca?
Francisca Fernández No, a ver. No, no. Lo que digan los contrarios no... Todo el mundo tiene que defenderse. Entonces, aunque digan mentiras o cosas que no son ciertas...
La otra parte está en su derecho de utilizar cada cosa que ve, interpretarla a su favor.
Pero yo tengo claro que no... Pero vamos, lo que ha ocurrido aquí es que tienes un desgarro por el parto.
Mariola Yo no quiero que otra persona tenga esto. Porque esto de por vida es muy duro. Muy, muy duro.
Y ahí fue cuando decidí: «Vamos a tirar para adelante. Esto hay que pararlo»
Entonces, lo primero fue meterme en internet, ver casos como el nuestro... como el mío, vamos. Y mi marido y yo, pues lo primero que me salió fue Francisca Fernández Guillén
Francisca Fernández Hay una necesidad moral de decir lo que te ha ocurrido y por qué hay que ser justo.
Esto es lo que hay detrás de la denuncia que hacen muchísimas mujeres.
Antes, las mujeres nos callábamos ante estas situaciones. De hecho, aún sigue siendo difícil. Especialmente, en casos como este, de incontinencia, en el que la vergüenza se suma a este mensaje que recibimos de: «Tú déjalo, tú cállate».
Muchas veces se demanda solamente para salir de ahí, de esa oscuridad. Por tu dignidad. Tú quieres que tu caso sea examinado.
Yo creo que este camino es en sí mismo valioso. Al margen de que se gane o no. Porque ganar o perder depende de la decisión de un juez.
Claudia Mariola está pendiente de la decisión de este juez. Si no le da la razón, tendrá que decidir si recurre ante instancias cada vez superiores:
La Audiencia Provincial, el Tribunal Supremo, el Constitucional… Un recorrido que puede llevar años.
Francisca Fernández Entre 2010 y 2012 llegaron a mi despacho cuatro mujeres que habían sufrido distintas situaciones que les parecían intolerables desde el punto de vista de su dignidad y de su salud.
El cuarto caso es el de una mujer gallega, Sara. La llamaré Sara para proteger su identidad. Que no es el más grave que tengo. De verdad, llevo casos mucho más graves.
Pero sí que es un caso muy emblemático en el sentido de que ejemplifica cómo una mujer sana, con un bebé sano, con un embarazo sano y con un parto normal puede acabar de esta manera.
Claudia Sara prefirió contestar a nuestras preguntas por escrito. Le pone voz nuestra compañera Paula.
Sara Acudí al hospital por contracciones suaves pero frecuentes, simplemente a consultarlo.
En las siguientes horas, me realizaron numerosos tactos en una habitación a la que bajaban, en camilla, a más mujeres en mi misma situación.
Era una sala de seis camas con mucha luz. Como no progresaba, me administraron oxitocina sintética de madrugada, que me causó grandes dolores, vómitos de color negro y una bradicardia a mi hija.
Pasado un tiempo, me pasaron la epidural. De ese momento, recuerdo una frase: «A esta no le expliques nada, que está atontada».
Me habían administrado Valium. Como todo, sin consentimiento. Y a continuación, el expulsivo. Sin acompañante pero con un montón de personas.
Episiotomía, corte temprano del cordón umbilical y separación de mi hija durante ocho largos días, para tenerla en observación y administrarle un antibiótico cada 8 horas.
Francisca Fernández Si se hacen tactos, en el proceso del parto, excesivos, las bacterias que están en la vagina pueden ser transportadas al cuello del útero, allí donde pueden hacer daño.
Y ocurrió esto. Entonces, la niña acabó en la UCI, ingresada una semana con tratamiento antibiótico.
Sara En un primer momento, me centré en la restauración del vínculo y de la lactancia.
Pero cuando mi hija tenía nueve meses, puse una reclamación administrativa al hospital y empecé a trabajar en mi recuperación física y psíquica.
Antes de ese parto, no había oído hablar de violencia obstétrica. Decidí denunciar porque esta situación me parecía tremendamente injusta.
A finales de 2010 me puse en contacto con Francisca. Pedimos la historia clínica por vía judicial. Eran unas 100 páginas, lo cual me pareció simbólico en sí mismo. La que me habían remitido a mí se componía de una docena de folios.
La respuesta a mi declaración de 2010 fue ridícula, un simple “siento que no hayamos cumplido sus expectativas”. Me enfadó, pero al tiempo me impulsó a seguir luchando.
Claudia Reclamó al hospital y a la Consellería de Sanidade. Y ante su negativa, acudió a la justicia.
Primero, al Juzgado Contencioso-Adminsitrativo de Santiago. Después, al Tribunal Superior de Justicia de Galicia y finalmente al Tribunal Constitucional. Todos desestimaron sus demandas
Sara Llevamos once años. Confieso que, a veces, observo incrédula que aún continúe mi periplo judicial. No voy a abandonar ahora.
Claudia Todo este itinerario de acciones judiciales culminó en 2018.
El Constitucional era el último tribunal al que podía acudir Sara y su decisión cerraba por completo el caso.
Pero Sara y Francisca no admitieron la derrota y presentaron una queja ante Naciones Unidas.
Francisca Fernández Primero tienes que agotar los recursos que haya en tu país. Lo que dicen los comités de tratados es: «Oiga, usted pertenece a un país civilizado, a un país firmante».
Todos estos países tienen tribunales capaces de proteger a estas personas si tienen razón.
Claudia La ONU tiene nueve comités que supervisan la aplicación de los principales tratados internacionales de derechos humanos.
La propia Organización de Naciones Unidas reconoce que estos derechos pueden parecer generales y abstractos, hasta que se aplican a la vida de una persona, adquiriendo así un significado concreto.
Por eso se crearon los mecanismos de denuncias individuales.
La idea básica de estos mecanismos es que cualquiera puede presentar una denuncia contra un Estado parte. Y esto es lo que hizo Sara.
Gladys Acosta Este es un sistema que permite justamente que se vaya primero a todas las instancias y se agote la vía interna, para que el Estado tenga la capacidad y la posibilidad de reaccionar ante una violación específica de un derecho.
Si se llega hasta el final y no hay esta reacción positiva a favor de la víctima, entonces se le abre a la víctima la posibilidad de hacer un reclamo de orden internacional, en este caso al Comité.
Mi nombre es Gladys Acosta Vargas. En este momento soy la presidenta del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer de la ONU.
Claudia El Comité para la Eliminación de la discriminación contra la mujer. El CEDAW, por sus siglas en inglés.
Las 23 expertas del Comité no solamente analizaron la violación de los derechos durante su parto. Su análisis disecciona la actuación del sistema judicial español en su caso.
El CEDAW reconoce y denuncia los obstáculos con los que se encontró Sara en cada una de las instancias administrativas y judiciales a las que acudió buscando justicia.
Gladys Acosta Usted sabe que la justicia internacional pone como un espejo frente al sistema nacional de justicia, y le muestra dónde están los vacíos, cómo se puede mejorar.
Ahora, la detección de la discriminación no ha sido un camino fácil. Porque la discriminación contra la mujer ha estado, lo que se dice naturalizada.
Y por esta razón a los sistemas, tanto administrativos como judiciales, les ha sido difícil superar esto. Porque contienen lo que contiene la sociedad, esto que nosotros llamamos los estereotipos.
Claudia En la sentencia de uno de los juzgados leemos cosas como esta: «Está acreditado que se realizaron todas las prescripciones indicadas, a la vista de lo que iba sucediendo, al margen de que el resultado para la parturienta (que no para la niña) le fuera enteramente satisfactorio, lo que, en parte, dependerá de su propia percepción».
En su dictamen, el comité CEDAW observa que el juez considera que las lesiones psicológicas que denuncia Sara son una mera “percepción” suya, cosa que contrasta con la empatía que demuestra hacia su marido.
Francisca Fernández Le hicieron una episiotomía, le quedó una cicatriz muy dolorosa que le provocó vaginismo y estuvo impedida de tener relaciones sexuales durante muchísimo tiempo, dos años.
Le hicieron tactos que no necesitaba... Todo esto se hizo sin contar con ella.
Recuerdo que mi perito, que era una ginecóloga, explicó por qué esos procedimientos eran innecesarios en este caso y el caso que habían causado a esta mujer.
Y el juez lo escuchó entre la indiferencia, la apatía y el aburrimiento.
Y sin embargo, cuando le preguntó al marido: «Caballero, dicen que su mujer ha tenido problemas, que ustedes no han podido tener relaciones sexuales durante algún tiempo».
Y dice: «Dos años». El juez hizo “¡buff!”. Dos años sin relaciones sexuales. Fue la primera vez en ese juicio que el juez se inmutó, que al juez le pareció que algo de lo que allí ocurría era importante.
Gladys Acosta Uno piensa: «Si voy a la administración, me van a escuchar. Si voy a la justicia, me van a escuchar». Eso es lo que una persona con su sentido ciudadano bien puesto piensa. Pero si no le escuchan, de verdad que es grave.
Claudia A diferencia del juez, el CEDAW sí que reconoce los efectos adversos que sufrieron Sara y su hija.
Para la niña, el daño fue un ingreso en neonatos con fiebre de casi 39 grados, infectada con la bacteria E. Coli.
Gladys Acosta Es interesante cómo se va desglosando y se van mostrando unos hechos que no debieron haberse dado y ese parto se convierte en una pesadilla.
Claudia La perito de Sara, ginecóloga, afirmó que esta infección se produjo a causa de los repetidos tactos vaginales. Pero el juez no tuvo en cuenta este testimonio. En cambio, aceptó el del ginecólogo que proponía la Consellería.
El juez, por cierto, admitió que testificara como perito, obviando que era el jefe de obstetricia del hospital y, por tanto, pertenecía a la parte demandada.
Con todo, el juez concluye que los tactos no influyeron en la infección, ya que estos se hacen con guantes estériles. Obviaba así los argumentos de la perito de Sara, que decía:
«La razón para evitar los tactos vaginales excesivos durante el parto es que son intrusivos y dolorosos y pueden transportar los gérmenes del medio ambiente al cuello del útero, allí donde pueden causar más daño, especialmente cuando puede tratarse de gérmenes resistentes como los que suele haber en los hospitales».
Gladys Acosta Cuando va al sistema judicial, creen más a los médicos que a ella. «Perdón, pero los médicos mandan». Ese es su estereotipo.
La voz de las mujeres es una voz acallada.
Sara Me he sentido totalmente incomprendida e infantilizada.
Falta tanto formación como empatía en el personal judicial, en estos casos.
Gladys Acosta Le estamos pidiendo justamente al Estado que estudie mejor qué está pasando. Es que ya ha tenido un precedente, triste también porque es un caso de violencia doméstica grave. El caso de Ángela Carreño.
Claudia El precedente de Ángela González Carreño, del que habla Gladys, no es un caso de violencia obstétrica como el de Sara.
Pero en ambos casos, la ONU considera que el sistema jurídico español tomó decisiones contaminadas por los estereotipos de género y privó a las mujeres de su derecho a obtener justicia.
El caso de Ángela González Carreño es el que sentó las bases jurídicas que dictan que los tribunales españoles deben considerar que las decisiones del comité CEDAW son vinculantes.
De hecho, cuando Francisca preparó la queja de Sara ante el CEDAW, incorporó en su equipo al grupo de abogadas que había trabajado en el caso de Ángela González.
Francisca Fernández No lo he hecho yo sola. Una vez que hubo que plantearse reclamar a Naciones Unidas, formé un equipo en el que han colaborado cinco abogadas.
Y tengo que agradecer muy especialmente a Women’s Link el apoyo teórico y el soporte humano que nos han prestado para poder avanzar en estos casos.
Gema Fernández Ella acudió a nosotras como referente. ¿Qué otra organización ha utilizado el mecanismo de comunicaciones individuales del CEDAW y ha ganado un caso? Pues Women’s Link.
Soy Gema Fernández y soy abogada. Trabajo en la organización Women’s Link Worlwide.
Fui una de las abogadas que estuvo trabajando en el caso de Ángela González, y un poco la que fue liderando la estrategia legal.
Claudia En el caso de Ángela González Carreño, el Comité CEDAW emitió la primera condena internacional por violencia machista contra España.
Fue un largo proceso de once años de búsqueda de protección y de justicia.
Ángela sufrió violencia de género y huyó de su domicilio llevando consigo a su hija Andrea. La situación de violencia se mantuvo durante años, en los que buscó protección para ella y su hija ante las autoridades.
Entre otras cosas, solicitaba que el régimen de visitas de su hija con el maltratador fuera vigilado.
Ángela González Yo conseguí durante tres años que las visitas de mi hija con su asesino fueran vigiladas en un centro.
Siempre me negué a que este régimen fuera abierto, anunciando y denunciando lo que finalmente pasó.
Gema Fernández Ángela, de hecho, nunca se negó a que la niña tuviera visitas con su padre. Pero sí que le daba miedo que le pudiera hacer daño.
Entonces, solicitaba unas visitas vigiladas y esto fue así durante muchos años. Claro, el padre también iba peleando y finalmente consiguió un régimen de visitas sin vigilancia, mató a la niña y luego se suicidó.
Claudia Como el asesino se había suicidado, el caso se archivó por extinción de la responsabilidad penal.
El autor estaba muerto y por tanto no había nadie a quien juzgar, así que no hubo juicio ni investigación por la vía penal. Pero Ángela pensaba que había muchos más responsables de aquel asesinato.
Gema Fernández Ella había confiado en el sistema: en el sistema de justicia, en la Policía, en la Guardia Civil, en los juzgados... Y todo el sistema le falló.
O no la creyeron, o pensaron que no había tal riesgo, que era exagerado...
Claudia Acudió al juzgado de Primera Instancia, al Ministerio de Justicia y a la Audiencia Nacional.
En su resolución, la Audiencia decía: «aun lamentando profundamente el fatal desenlace, no se aprecia que en el supuesto que nos ocupa existiese un funcionamiento anormal de la Administración de Justicia».
Siguió el Tribunal Supremo y el Constitucional. A todos ellos, les pedía solo una cosa: que admitieran la responsabilidad de la Justicia española en el asesinato de su hija.
Ninguno de ellos aceptó sus razones, incluso la condenaron a pagar las costas. A Ángela ya no le quedaban instancias nacionales a las que acudir.
Gema Fernández Una vez que has agotado todos los recursos en España y quieres llevar tu caso a instancias internacionales, lo puedes hacer al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, o puedes llevar el caso a alguno de los comités de Naciones Unidas, como el Comité CEDAW. Entonces, empezó a buscar a alguien que la pudiera acompañar a instancias internacionales a llevar el caso.
Vino a la oficina y nos trajo... El expediente del caso de Ángela eran dos cajas gigantes de documentos muy bien organizados, muy bien ordenados.
Ahí se veía muy claro toda la pelea, todos los documentos de puño y letra de Ángela... La diligencia que tuvo esta mujer para documentar y tratar de proteger a su hija. Brutal.
Claudia La documentación era exhaustiva. En cuatro años, Ángela González Carreño había presentado 51 denuncias, alertando del peligro que suponía dejar a la niña a solas con el padre.
Pero cuando quiso investigar la negligencia del sistema de justicia en el asesinato de su hija, el Estado le negó toda posibilidad. Por eso acudieron al CEDAW.
Gema Fernández El dictamen del Comité CEDAW fue bastante contundente: darle la razón a Ángela, básicamente.
Reconocer que sí que había habido una responsabilidad evidente de la administración de justicia, que no se pusieron todas las medidas al alcance para proteger a Ángela y a su hija de la violencia de este hombre.
Lo que el Comité le dice al Estado es: «Usted tiene que ofrecer una reparación ajustada al daño sufrido por esta mujer, que ha perdido a su hija».
Y luego hace una serie de recomendaciones de tipo estructural: «Usted tiene que formar mejor a su poder judicial para asegurar que casos como el de Ángela no vuelven a suceder».
Fue un gran logro. Era la primera condena internacional a España en un caso de violencia de género y la primera vez que un organismo de justicia le había reconocido:
«La responsabilidad no fue tuya, fue de alguien más. Fue de las instituciones que tenían la obligación de protegerte a ti y a tu hija».
Presentador noticias Naciones Unidas ha condenado a nuestro país por negligencia en un caso de violencia de género.
La ONU dice que el Estado español no protegió a una mujer, víctima de violencia de género, y a su hija, asesinada por su padre en una de las visitas.
Reportera Once años después, la madre ha conseguido una condena del Comité de Naciones Unidas para la eliminación de la discriminación contra la mujer.
La sentencia condena a España a indemnizar a la madre, a realizar una investigación sobre lo ocurrido y a formar a jueces y fiscales que, dicen, todavía actúan bajo la influencia de estereotipos.
Claudia Pero el Estado español decidió no hacer nada de esto. Alegó que no había base jurídica para reparar a Ángela y se negó a hacer ninguna investigación, desoyendo a la ONU.
Ángela González El Estado español responde que es un hecho lamentable y que no hay base jurídica ni para investigar ni para reparar este daño.
Yo le digo a este Estado que esta declaración es mi base jurídica y que el asesinato de niñas y niños no es algo lamentable: es terrorífico.
Claudia Esta es la declaración que publicó Ángela tras conocer la sentencia del CEDAW y la negativa del Estado español a cumplirla.
Ángela González Si esta justicia desoye las recomendaciones de la ONU, con la que tiene firmados y ratificados tratados internacionales, ¿cómo va a escuchar las voces de las madres que nos asesinan a nuestros hijos e hijas?
Que el Estado español me pida perdón por no haber escuchado mis peticiones y mis denuncias, por mi insistencia en que nunca debieron permitir el régimen de visitas sin supervisión.
Solo tengo una última pregunta: ¿hasta cuándo?
Gema Fernández Y lo volvimos a litigar. Estuvimos otros cuatro años de procesos judiciales internos hasta que, por fin, el Tribunal Supremo, en el año 2018, le dio la razón a Ángela.
Presentadora noticias Hemos escuchado a Ángela González, la mujer que ha conseguido después de 15 años, que la justicia le dé la razón y reconozca que el Estado no puso todos los medios para evitar que su exmarido asesinara a su hija, de 7 años.
Se convierte así en la primera víctima de violencia de género que recibirá una indemnización del Estado por la muerte de su hija.
Reportera El Supremo ha acatado el dictamen del Comité contra la discriminación de la mujer de Naciones Unidas, que ya en 2014 condenó al Estado español por su responsabilidad en la muerte de la niña.
Ángela González Tenían que reconocerme que había habido negligencia, que había habido muchísimos errores.
Porque es que estaba ahí, era algo evidente. Y la fuerza me la ha dado ella.
Tengo la esperanza de que esta sentencia sirva para que la justicia nunca más deje a ninguna mujer, niño o niña desprotegidos.
Gema Fernández El sistema de justicia tiene que entender sus propios prejuicios para no reproducirlos.
La sociedad de la que partimos es desigual. Entonces, el sistema de justicia tiene que servir para corregir esas desigualdades, y no para perpetuarlas, que es muchas veces lo que sucede.
Dubravka Šimonović Seamos honestos, algunos Estados no implementan las recomendaciones, incluso las rechazan. Hacen falta cambios respecto a la ley y la práctica legal, y estamos viendo que en este ámbito no tenemos un buen progreso.
Soy Dubravka Šimonović, experta en derechos de las mujeres. Fui miembro del Comité CEDAW durante 12 años y fui su presidenta.
Claudia De hecho, fue una de las expertas que juzgó el caso de Ángela González Carreño desde el CEDAW.
A Dubravka la conocimos en el primer capítulo. Tras su mandato del CEDAW, fue nombrada Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, y autora del primer informe de Naciones Unidas que nombraba explícitamente la violencia obstétrica. Responde a nuestras preguntas desde Nueva York.
Dubravka Šimonović Este caso es muy importante. Es un caso emblemático.
Fue muy bueno para el Comité CEDAW, para ver cómo algunas normas no son bien interpretadas por los tribunales nacionales.
Gladys Acosta Esos dictámenes son el resultado de una función cuasi-judicial que asumen estos comités de derechos humanos cuando tienen un protocolo facultativo como el nuestro.
Claudia España firmó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la CEDAW, en 1980. Y la ratificó cuatro años después. O sea, que indicaba su consentimiento a estar vinculada legalmente a este tratado.
Se publicó en el BOE en marzo de 1984, entrando a formar parte de nuestro ordenamiento jurídico.
España, eso sí, formulaba una reserva: la ratificación de la CEDAW no afecta a lo que dice la Constitución sobre la sucesión a la Corona española, que da preferencia a los varones sobre las mujeres.
El Comité, por cierto, le recordó a España en 2019 que esta discriminación sigue vigente.
Hemos oído a Gladys Acosta citar el protocolo facultativo, y vamos a tratar de entender a qué se refiere, porque es importante.
Un protocolo facultativo es un instrumento jurídico que otorga al Comité competencias para estudiar casos individuales y realizar investigaciones. Sus decisiones vinculan legalmente a los estados que han firmado el protocolo.
Así que España firmó la Convención en 1980, la ratificó en 1984 y firmó este protocolo opcional en el 2000.
En 2001 se publicó en el BOE, y España se obligaba así a cumplir las decisiones del Comité CEDAW sobre casos particulares.
Como el de Ángela González Carreño o el de Sara.
Gladys Acosta Creo que España es un ejemplo para el mundo, en el sentido del cumplimiento que tiene que hacer de forma obligatoria cuando se detecta una grave violación a los derechos contenidos en esta convención, de la que España forma parte.
O sea, lo internacional ayuda a que el nivel nacional mejore, el nivel nacional detecte dónde están los problemas y los supere.
Dubravka Šimonović Así que veamos cómo se desarrolla el siguiente caso.
Cuando haya una conclusión, será importante abordar la cuestión de las quejas individuales y cómo implementarlas a nivel nacional para no tener que acudir cada vez a todos estos tribunales antes de llegar al Supremo.
Claudia Vamos a recapitular. Las abogadas de Women’s link llevaron el caso de Ángela González Carreño al comité CEDAW, y este falló a favor de la víctima.
El Estado español se negó a acatar esta sentencia y tuvieron que seguir litigando durante 4 años más hasta que, finalmente, el Supremo obligó a España a indemnizar a Ángela.
Women’s Link también asesoró a Francisca Fernández cuando esta llevó el caso de violencia obstétrica sufrida por Sara hasta el CEDAW.
El recorrido fue el mismo: los tribunales españoles desoyeron sus demandas y decidió acudir a este comité de Naciones Unidas, que también le dio la razón.
La resolución dice que España debe «proporcionar una reparación apropiada, incluida una indemnización financiera adecuada a los daños de salud física y psicológica» sufridos por Sara.
Le preguntamos a Sara cómo recibió esta noticia. Paula nos lee su respuesta.
Sara Un alivio. Un reconocimiento a una lucha de diez años. La satisfacción de abrir esa vía para otras mujeres y de encontrar a una institución que, por fin, hablase mi idioma.
Francisca Fernández A partir de aquí, el Estado español, como ha firmado la Convención para la eliminación de la discriminación contra la mujer, está obligado a cumplir estas resoluciones de Naciones Unidas, del Comité.
Claudia Pero España vuelve a negarse a cumplir el dictamen del CEDAW, como ya hizo con Ángela González Carreño.
El Ministerio de Justicia responde a Naciones Unidas: «España disiente respetuosamente de la recomendación del Comité relativa a la indemnización de la autora de la comunicación». Y por autora, se refiere a Sara.
Sara La resolución del CEDAW es de febrero del 2020. Tras su incumplimiento por el Estado español, presentamos reclamación ante el Ministerio de Justicia, que terminó por silencio administrativo.
Francisca Fernández La abogacía del Estado dijo que bueno, que las decisiones del Comité no eran vinculantes y que no iban a cumplir.
Entonces, es decir: «Que no, que nosotros firmamos tratados pero luego, si queremos los cumplimos, o, si no, no los cumplimos».
Esto no es así. Esto es un disparate.
Gladys Acosta El caso está todavía en seguimiento, no se ha cerrado. Y no se va a cerrar hasta que el Estado no dé más pasos.
Se plantea ciertamente que haya una reparación, en este caso para la autora, que ha sufrido lo que ha sufrido. Pero, además, hay otros elementos que el Estado tiene que cumplir.
Digamos una reeducación dentro de su sistema, para que todas las personas que trabajan dentro del sistema de salud estén informadas de cómo se deben respetar los derechos de las mujeres que están en una circunstancia de parto.
Francisca Fernández El Comité también dijo que los profesionales de la salud tenéis que formaros específicamente. Es algo que en esta especialidad es imprescindible: el sesgo de género en medicina.
Entender cómo el sesgo de género perjudica, opera y perjudica a las mujeres. Es imprescindible.
Claudia Estamos oyendo a Francisca en una mesa redonda sobre violencia obstétrica. Está en la Universidad de València, hablando para un público formado por profesionales de la salud.
Dar charlas o atender a los medios forma parte de su trabajo, no solo como abogada, sino como divulgadora y activista por los derechos de las mujeres.
En esta mesa redonda también participa un ginecólogo, al que escuchamos.
Ginecólogo Es fundamental caminar hacia un parto respetado. Esto me parece capital, fundamental. Confluiremos, estaremos absolutamente todos de acuerdo, porque esto es innegable.
Pero esa realidad, actualmente no puede decirse que está generalizada. Yo no la vivo en mi hospital, ni en los hospitales que conozco.
Yo, cuando escucho... Os he escuchado, no digo que sean inciertas, sino que no vivo esas realidades. No las percibo de la misma forma que vosotras.
Fijaos que no he puesto “violencia obstétrica”, porque ya, de entrada, os digo que es un término que no me gusta. Lo que veo es que rompe radicalmente la capacidad de confianza con el profesional. Y esa no es una buena idea.
Gladys Acosta Es conocido que los gremios médicos tienden a defenderse.
Pero es mejor reconocer un error y rectificarlo que pretender que uno ha hecho siempre bien. Cambien de actitud.
Tienen que hacer lo máximo posible por eliminar esta traba social que es la violencia contra la mujer, y que en este caso tiene una característica muy específica y la estamos nombrando: se llama violencia obstétrica.
Dubravka Šimonović La terminología no debería ser un obstáculo para abordar la prevención.
Necesitamos escuchar las voces de las mujeres, porque nos están enviando mensajes muy claros: que debemos escuchar a las víctimas y que las mujeres deben ser tratadas de otra manera.
Francisca Fernández Nosotras, las mujeres que durante años y años estamos recogiendo testimonios, Naciones Unidas dicta esta resolución, la OMS habla de este problema, de maltrato... y la otra parte no lo entiende.
¿Pero por qué no lo entiende? Porque no quiere entenderlo, porque no lee los testimonios, porque no quiere entender el problema.
La violencia obstétrica no es una idea. No es una ocurrencia. Es un problema.
Francisca Fernández Sí que hay un corporativismo, por supuesto. Una necesidad de defenderse y protegerse.
Pero sí que hay aliados maravillosos que te encuentras por el camino.
Por ejemplo, hay matronas que, cuando llega una mujer con determinadas secuelas a la consulta de atención primaria, dicen: «Esto está mal, esto no te tendría que haber pasado».
Le preguntan: «¿Qué ha ocurrido? ¿Qué ocurrió para que tengas esta lesión en tu vagina, esta cicatriz? ¿Para que te estés haciendo caca o pis? ¿Qué ha pasado, cómo ha sido el parto?».
Y estas matronas dicen, recogen, que es muy importante, cómo está la mujer, lo que le ha pasado. Esto es muy importante. Sí que hay aliadas.
Claudia El dictamen del CEDAW respecto al caso de Sara se emitió en febrero de 2020 y justo después se decretó la pandemia de coronavirus a nivel mundial. Así que pasó desapercibido para los medios de comunicación.
La pandemia afectó también a los protocolos de los hospitales y, en el siguiente capítulo, escucharemos el relato de mujeres a las que les tocó parir durante aquella época de inestabilidad y miedo.
Lucía Parir en el siglo 21 es un pódcast de Barret Cooperativa.
Barret somos Claudia Reig, Lucía Fos, Dani Fabra, Vicent Peris, Dani Palau, Àlex Badia, Paula Rausell y Carles Martorell.
Claudia y Àlex produjeron este capítulo y lo editaron junto con Dani Fabra.
El diseño de sonido y la mezcla son de Marc Arenas. Vicent Ibáñez hizo la web y Àlex, la música.
Seguimos en el próximo capítulo de Parir en el siglo 21. Hasta pronto.