El hospital de La Plana es un ejemplo de que es posible ofrecer una asistencia respetuosa y humanizada al parto dentro la sanidad pública. Y Graciela es un ejemplo de que es posible recibirla. No obstante, Dubravka Šimonović, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, advierte: el maltrato contra las mujeres durante el parto es un fenómeno generalizado y sistemático, de alcance mundial. Por primera vez, en la Asamblea General de la ONU se pronuncia el término "violencia obstétrica".
Lucía Antes de empezar, dos cosas. Si nos escuchas con auriculares, podrás apreciar que este pódcast está mezclado en binaural. Es decir, el sonido es tridimensional, envolvente o como quieras llamarlo. Te invitamos a que lo pruebes.
También puedes escucharnos desde nuestra web, donde encontrarás la transcripción, imágenes y más contenidos. El enlace es parir.info
Ahora sí, empezamos. Estamos en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Dubravka Šimonović Señoras y señores, debemos garantizar que los avances realizados para ubicar la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos de las mujeres, sobre la base de la discriminación por género, no se pierda...
Claudia Escuchamos a Dubravka Šimonović. Es una jurista croata, experta en la lucha contra las violencias machistas. En 2015 fue nombrada Relatora Especial por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con el mandato de investigar sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias. El término “relator” es una palabra derivada del francés, referida a un investigador que informa.
Presidente de la Mesa Tiene usted la palabra.
Dubravka Šimonović Muchas gracias, señor Presidente. Señora directora ejecutiva...
ClaudiaEs 4 de octubre de 2019 y Dubravka Šimonović expone a la Asamblea General de la ONU su informe anual. Este año, se centra en la violencia obstétrica: la violencia sufrida por las mujeres durante el embarazo y el parto.
Dubravka Šimonović La violencia contra las mujeres de parto está tan normalizada que todavía no se considera violencia contra las mujeres. El tabú y el silencio que han rodeado este problema han permitido que estas violaciones continúen.
ClaudiaLas personas que asumen una Relatoría Especial realizan misiones en diferentes países para investigar las denuncias de violaciones de derechos humanos. En la preparación de su informe, la Relatora Especial hizo un llamamiento para que le enviaran información. Las dolorosas historias contadas por las mujeres pusieron de manifiesto que el maltrato y la violencia durante el parto son prácticas generalizadas y arraigadas en los sistemas de salud de todo el mundo. Afectan a las mujeres de todos los niveles socioeconómicos.
Fue la primera vez que en la ONU se ponía nombre a esta violencia. Admitir su existencia era reconocer la veracidad de los testimonios de las mujeres y supuso, para muchas de ellas, dejar de sentirse culpables. Por eso, este momento fue tan importante. Las mujeres sufrimos violencia en casi todos los ámbitos de nuestra vida, incluso en un momento tan vulnerable como el embarazo y el parto. Es difícil identificarla, igual que muchas otras violencias, pero cada vez más mujeres se atreven a visibilizarla.
En 2020 lanzamos un webdocumental para entender el parto. Ahora estamos produciendo un largometraje para entender la violencia obstétrica. Este pódcast cuenta la historia de la investigación que hay detrás. Parir en el siglo 21, un documental de Barret Cooperativa.
Soy Claudia Reig y, mientras Dubravka Šimonović presentaba su informe, nuestro equipo estaba inmerso en la producción de este proyecto. Semanas después comienza esta historia. Es 8 de diciembre de 2019.
Graciela[Resopla]
Libia Yo decía, si le pegan más dolores... porque le están llegando como cada tres minutos, muy seguido.
Graciela Mami, la otra.
Deyrry ¿Otra? Cuatro minutos.
Libia ¿Duró cuánto?
Deyrry Cuatro minutos, esta... se está como descontrolando.
Graciela Ahí iba, más o menos. Tenía ganas de caminar, no estar sentada porque no me daba como para... De hecho, me duché porque me relajó un montón el agua. Y pues, nada.
Claudia Ella es Graciela, Graciela Rangel. Tiene 19 años y ha empezado a tener contracciones a las 2 de la mañana. Está en su casa, acompañada de su madre y su pareja. En cuanto nos han avisado, hemos cogido el equipo y hemos llegado a su casa lo más rápido posible. Llevamos días pendientes del móvil, esperando su llamada, sobre todo de noche. Nos acostábamos con el miedo de no oír los mensajes. O de no llegar a tiempo, porque Borriana está como a una hora de València, donde vivimos.
Al final, hemos llegado. Son las 3 de la madrugada. Cada vez, las contracciones son más seguidas y Graciela se tiene que apoyar en la pared para aguantar el dolor, mientras sacude la mano.
Libia Yo creo que nos deberíamos ir. ¿Qué duró? ¿Dos minutos?
Deyrry Sí.
Graciela Sí, ya no... Duele mucho. [gime]
Libia Le está doliendo mucho.
Graciela Decidí que era el momento de venir al hospital. Que me sentía más segura ya, en caso de que estuviera totalmente preparada, ya me ingresaran para dar a luz.
Graciela ¿Llevas un peine? Aunque sea para que me peine. Si no, voy a salir como una loca.
Libia [ríe] Yo llevo un peine, hija. Yo llevo un peine.
Claudia Graciela y su familia son de Venezuela. Ella y Deyrry se trasladaron a España cuando ella estaba embarazada de cuatro meses y llegaron a Borriana, donde ya vivía la madre de Graciela, Libia. Borriana es un pueblo de la costa mediterránea, cerca de Castelló. Al principio de su embarazo, Graciela pensaba que el nacimiento de Laura sería por cesárea.
Graciela Yo pensaba que era cesárea. Estaba de, bueno... cesárea y ya. No tenía ese apoyo de que puedes dar a luz, parto natural, las clases y todas esas cosas. No tenía tanto conocimiento como ahora. Y ya, a partir de ahí, empiezan a cambiar mis decisiones. Ya no pienso en cesárea sino en parto. No quiero epidural, estoy decidida a que no. Si puedo y lo logro, perfecto: parto natural. Tengo un deseo que es en el agua, el parto en el agua, en la bañera.
Claudia Por zona, a Graciela le toca parir en el hospital de La Plana, una referencia estatal en parto respetado. Y gracias a las clases que daban las matronas de su centro de salud, entendió que el cuerpo está preparado y que podía decidir cómo parir. Fue entonces cuando conocimos a Graciela, en las clases de educación maternal a las que acudíamos y grabábamos cada semana. Queríamos aprender y, también, que las mujeres nos conocieran poco a poco. Que se relajaran con la presencia de la cámara y tuvieran suficiente confianza con nosotras para dejarnos estar con ellas el día del parto.
Loli Como hoy es el primer día y hemos juntado grupos, vamos a empezar, si queréis, para conoceros un poquito... Vamos a empezar presentándonos. Nosotras somos Nuria y Loli, que no nos hemos presentado.
Nuria La mayoría, si no de la piscina o de las consultas...
Loli ...sí, nos conocéis.
Graciela Soy Graciela, estoy de 33 semanas, tengo una chica. Mi pilar fundamental, mi mamá, mi apoyo. Y bueno, me siento preparada, nerviosa, pero...
Nuria Es el primero, ¿no?
Graciela Sí... con fuerzas.
Claudia Loli y Nuria son las matronas de atención primaria del centro de salud de Borriana y acompañan a las mujeres durante todo su embarazo. Parte de su trabajo es la preparación para el parto, en sintonía con el hospital de La Plana, donde el parto se acompaña como algo natural, como un proceso fisiológico, no como un acto médico.
Loli Y si lo entendemos así, como un proceso fisiológico y no como un acto médico de alto riesgo, esto favorecerá que la mujer libere las hormonas que necesita para que el parto se produzca y que, también, ella esté más relajada.
Tú, cuando vas a un hospital... ¿Qué se os viene a la cabeza?
Mujer Enfermedad.
Loli Enfermedad, claro. Enfermedad, intervención... Y eso, a tu cerebro, ¿qué le transmite?
Graciela Nervios.
Loli Nervios...
Nuria Desasosiego...
Loli ¿Qué pasa si tengo nervios? Pues si tengo nervios, inhibo la hormona que me va a provocar las contracciones. Es la oxitocina. La oxitocina es la hormona del amor. La segregamos cuando mantenemos una relación sexual, cuando le damos de mamar al bebé, cuando estamos pariendo. Primero, necesitamos estar tranquilas y en un ambiente íntimo. Y eso, ¿dónde lo encontramos? En el hospital, no. Bueno... si nos ponen en la sala de la bañera, ¿eh? [risas] Si nos toca la que vimos... Por eso os digo que esas salas nos ayudan, porque están diseñadas para eso.
Nuria También, las visitas, que vinisteis a ver el paritorio. Ya conoces el sitio...
Loli Cada dos meses vamos...
Claudia En estas semanas previas, las matronas visitan con las mujeres el lugar donde van a parir, el hospital de La Plana, para que puedan familiarizarse con el espacio y el personal sanitario. Que no sea ni un lugar ni una gente extraña, el día del parto.
Sole Hola, pasad, pasad. ¡Jolín, cuántas sois! Como veis que estemos en la habitación de un hotel. No tiene tanto el aspecto de hospital pero tenemos todos los recursos hospitalarios, en el caso en que los necesitéis.
Claudia En el hospital, las recibe Sole y las guía por el paritorio, resolviendo sus dudas y explicándoles las diferentes opciones que tienen para el parto.
Sole Entonces, aquí veis... de lo que podáis ver, ¿os llama algo la atención? La bañera, ¿no? Que es un poco el tema estrella, como un poco diferente a otros hospitales. El agua es un método fantástico para aliviar el dolor y ayudar a que la fisiología del parto ocurra. Muchas veces, acelera la dilatación y el nacimiento es más suave. Nosotras hablamos del parto en el agua como el parto suave. No todas las mujeres van a poder parir ahí y también hay partos maravillosos fuera del agua e incluso siendo una cesárea.
Claudia Sole Carreguí es la supervisora del servicio de partos de este hospital público de Castellón que se inauguró hace ya 20 años. Desde el primer momento, Sole vio la oportunidad de instaurar un cambio de modelo basado en la humanización del parto. O lo que llamamos “parto respetado”.
Sole Un parto respetado es un parto donde la mujer es capaz de tomar decisiones, donde seamos capaces de respetar el tiempo, lo que ella quiere, respetar al neonato cuando nace. Cada mujer tiene unas necesidades y es un parto muy personalizado.
Sole ¿Lo bueno de venir aquí? Pues que tenemos de todo, tenemos opciones diversas que cada una va a poder elegir. Luego, contactos con el hospital tenéis muchísimos. Venís a las ecografías, luego venís a los monitores... Vais conociendo matronas en el proceso, que en un momento dado os pueden atender.
Graciela Claro, sentir seguridad en sí misma...
Sole Eso es fundamental, sí. Hay que confiar, que está tu cuerpo preparado para poder hacerlo y que lo puedes hacer. Eso es lo importante.
Loli Está Sole con el otro grupo. Cuando termine pasaremos nosotros. Vamos a entrar aquí primero y os explicaré lo que es el monitor, para qué sirve y todo eso.
Claudia La visita también pasa por la sala de monitores, o “correas”. Les llaman así por los cinturones de tela, o “correas”, que sujetan los dos sensores a la barriga de las mujeres.
Loli En los monitores, van cogidos dos sensores. Un sensor es para escuchar la frecuencia cardíaca del bebé. El otro sensor se pone un poquito más arriba, es para comprobar si tenéis contracciones. Lo que nota este sensor es si ese útero se pone más duro o no, o si se relaja o si dura mucho la contracción, cuánto dura... Y todo eso queda registrado en un papel.
Aquí bajo son las contracciones, que en caso de que las haya, aparecen como montañitas que van subiendo y bajando. Y en la parte de arriba va la frecuencia cardíaca del bebé. De esta manera comprobamos, en caso de que haya contracciones, cómo le afectan al bebé. Con esto comprobamos que el bebé está bien. Al monitor os citarán aproximadamente en la fecha probable de parto. Si hay algún embarazo de riesgo, os citarán con anterioridad. Pero si no, la fecha de inicio de monitores es el día que cumplís las 40 semanas.
Claudia Y después de semanas de seguimiento, hemos llegado con Graciela al día que sale de cuentas. Sole es quien la atiende en el hospital para la revisión de las 40 semanas, la fecha probable de parto. [se oye un sonido rítmico] El sonido que oímos de fondo es el latido del bebé en los monitores.
Sole Y hoy 40 semanas, ¿no?
Graciela 40, exacto.
Sole ¿Y vas notando alguna contracción, o qué?
Graciela Hoy, la primera vez que siento...
Sole ¿Alguna cosa?
Graciela Eso, que se me endurece un poco... Como si me viniera la menstruación pero aquí abajo, me duele el vientre. Como si quisiera ir al baño pero no tuviera ganas de ir al baño.
Sole Esas contracciones que tú dices: «no son dolorosas, son un poquito molestas», pues eso está haciendo un trabajo importante, que es prepararlo todo para que cuando el parto se desencadene, esté todo en condiciones óptimas. Cada vez irá a más y lo que queremos es, “¡pup!”, que se enganchará. Dirá: «aquí estoy yo». Que hay ganas, ya, ¿verdad? Está todo preparado y dices, «falta lo principal».
Graciela Sí, ya dejé todo listo. Toallas diarias por si mancho, las pantuflas, las medias... Todo, todo lo tengo. Un bolso mío y el de la bebé.
Sole Lo tienes todo organizado.
Claudia Cuatro días más tarde, Graciela se puso de parto. Era la madrugada de un sábado, en diciembre. Ahí es donde hemos empezado y volvemos. Graciela, Deyrry y Libia acaban de llegar al hospital.
Mavi ¿Graciela? Yo me llamo Mavi, soy matrona. ¿Cómo vas?
Graciela [resopla] Mal.
Mavi ¿Con contracciones?
Graciela Sí.
Mavi Te voy a hacer un tacto, ¿vale? Para ver si estás de parto... Se toca la cabecita, la bolsa está... íntegra. [Graciela resopla] Has dilatado ya... me caben dos deditos. Todas las contracciones que has ido teniendo han hecho efecto. Estás, digamos, poniéndote de parto. Estás casi.
Claudia Graciela pasa las siguientes horas en la habitación. Utiliza la pelota, se ducha con agua caliente e intenta controlar la respiración. Deyrry ha dormido algún rato para coger fuerzas pero ya las contracciones son cada vez más dolorosas y seguidas, y deciden llamar al paritorio. Os avisamos de que, a partir de aquí, vais a oír los gritos de Graciela cada vez más altos e intensos.
Libia Tienes una tirita de sangrado. ¿Qué te dijo ella?
Graciela Ay, no lo sé, no recuerdo. Ella dijo que cuando sangrara, la llamara, pero... [gime]
Libia Está ya como medio sangrando [Graciela grita y respira fuerte]
Deyrry Ya, muchacha, ya falta poco, ¿eh?
Mavi Bueno, te pongo el monitor y te voy llenando la bañera, ¿vale?
Claudia Mavi, la matrona, llena la bañera y Graciela aguanta como puede. Se sostiene de una liana que cuelga del techo y de Deyrry, que se esfuerza en darle ánimos.
Deyrry Eres fuerte y valiente.
Graciela Sí.
Deyrry Eres más fuerte y más valiente que yo. Va, ya falta poquito, ¿eh? Ya falta poco.
Graciela Él... como fue una experiencia que no había vivido, que es primerizo, también, va a ser padre por primera vez... Dice que sí lo va a hacer. Como es tan llorón, yo digo: «bueno, es que no vas a poder». Con una cortada que estás sangrando ya se le baja la tensión, que está temblando, yo dije: «bueno, entonces cuando me veas dar a luz, te va a dar un desmayo, te van a meter en el hospital a ti, y me dejas sola». Y él: «no, no, no. Yo puedo». Bueno, si tú puedes, hazlo.
[sonido de latidos de corazón en el monitor]
Deyrry ¿Esto qué significa? Esto.
Mavi El número naranja, el corazón de la nena. Va a 145, ahora. Y el número verde, las contracciones.
Deyrry ¿Este?
Mavi Cuando suben, sube a 60, por ahí.
Deyrry La otra llegó a 80.
Mavi Sí, pueden subir a 80.
Claudia Cuando, por fin, Graciela entra en el agua caliente, se relaja y respira de otra manera. Puede descansar a ratos. Son las ocho de la mañana y hay cambio de turno. Mavi presenta a la matrona que toma el relevo y atenderá el parto de Graciela desde este momento. Ella se llama Cati.
Cati Mi compañera me dio el relevo y me dijo: «la acabo de meter en la bañera, acaba de empezar el parto, está con tres, cuatro centímetros...». Y yo pensé: «bueno, esto seguramente irá para largo, así que superbién, ¿no? Vamos viendo».
Claudia Las luces están bajas, hay música suave de fondo y, en medio de la habitación está Graciela en la bañera. Nos sorprende la intimidad del momento, no pensábamos que en un hospital se pudiera vivir el parto de esta manera. No es lo normal.
Cati Te pongo un trapito frío aquí.
Cati Deberíamos centrar y focalizar la atención del parto en la mujer.
Cati Cada vez se va acercando un poquito más, un poquito más.
Graciela Sí, siento que esto, aquí, se me ha, se me ha...
Deyrry Tira, claro.
Cati Dónde nota el dolor, dónde nota la presión...
Graciela Y siento como si me quemara.
Cati Es una información supervaliosa de cómo está progresando el parto. Muchas veces tiene mucho miedo y lo que te está diciendo es simplemente que necesita que le expliques que es normal, que todo está bien. Que en el momento en que detectemos que hay algún problema, se lo vamos a decir. Que no tenga miedo, que va a haber comunicación.
Graciela Como no termina de asomar la cabecita, siento que...
Cati Porque tiene que ser despacito, no sería bueno si saliera muy rápido, ¿vale? Poco a poco se va estirando, todos los músculos, toda la piel... No lo has hecho antes. Por eso, mientras se estira la piel allá abajo, escuece un poquito. Por eso es importante que hagas lo que estás haciendo: respirar y no perder el control.
Cati Deberíamos partir de que el parto es algo natural, algo fisiológico, algo que no tiene problemas. Que todas las mujeres podemos hacerlo. Pero nos educan de una forma que es al revés. Partimos de que todo puede salir mal y hace falta monitorizar, intervenir, hacer todo lo posible... No, no, no. La mujer tiene la capacidad de hacerlo. Su cuerpo ha gestado y su cuerpo va a parir. Y nadie tiene que venir “a parirla”, como se dice muchas veces: «he parido a esta mujer». No, no, tú la has acompañado. La mujer ha parido.
Siempre hablamos de que nos regimos por la última evidencia científica que hay. Ostras, la evidencia científica te está diciendo que las mujeres que están acompañadas por matronas tienen mejores resultados obstétricos, y los bebés también. ¿Por qué no fomentamos eso? ¿Por qué no lo hacemos?
Claudia Cati Ortega se formó en Inglaterra, donde la profesión de matrona se concibe de forma diferente respecto a España. Allí, las matronas tienen más autonomía. De hecho, lo más probable es que una mujer con un embarazo y parto sin complicaciones solo sea atendida por matronas a lo largo de su proceso.
Cati En Inglaterra no todo es idílico, ni mucho menos. Me encontré con mucha presión asistencial y fue duro, fue duro al principio. Pero luego, el último año fui a la casa de partos y allí fue donde encontré mi sitio. Había pocos artilugios, poca tecnología, habitaciones que eran como si estuvieran en casa; una cama normal, no una cama de hospital. Simplemente estaba la matrona, la mujer, su familia, y establecían una relación, un vínculo superespecial. Y eso me encantaba, yo quería hacer eso.
Y esa experiencia fue con la que me volví, pensando que eso era lo que había que implementar en España. Que eso era lo que faltaba aquí. Y volví con mucho miedo de no encontrar mi sitio. Pero la suerte que tuve fue que llegué a La Plana y conocí a Sole, y Sole también me transmitió la forma de trabajar, la filosofía que ellos tenían. Porque a mí me lo habían contado pero yo no acababa de confiar en que en España se pudiera trabajar así.
Sole Inglaterra y países nórdicos, hace muchos años que llevan un modelo menos medicalizado. Se permite el parto en casa, en centros de nacimiento, e incluso el parto hospitalario es menos medicalizado. El problema que tienen las matronas que se han formado en Inglaterra es que, cuando llegan aquí, les cuesta adaptarse a un hospital tecnificado. Y claro, no se acoplan a trabajar. Pero para las que aterrizan en La Plana desde Inglaterra, es mucho más cómodo trabajar porque ya han aprendido este modelo.
Claudia El hospital de La Plana es un ejemplo de que es posible ofrecer una asistencia respetuosa y humanizada dentro la sanidad pública. Y Graciela es un ejemplo de que es posible recibirla. Graciela sigue en la bañera, ya queda poco para que nazca Laura.
Cati Me acuerdo de que su comportamiento, de repente, empezó a cambiar. Y pensamos: «ostras, esto está progresando». Y que, de repente, tenía bastante presión y ganas de empujar y pensamos: «ostras, esto está yendo muy rápido».
[Música de fondo y gemidos de Graciela]
Cati Tú sigue respirando.
Graciela Sí, siento que tengo ganas de empujar.
Cati Muy bien. Tú tienes que hacer lo que tu cuerpo te pida.
[Graciela grita]
Cati ¿Sientes mucha presión abajo?
Graciela ¡Sí!
Cati Vale, eso es la cabecita de Laura.
[Graciela vuelve a gritar]
Gracilea Muy bien, muy bien. Tú haz lo que el cuerpo te pida.
Gracilea ¡Me duele mucho!
Graciela Te dejan ser tú. O sea, estás tú en el agua, nada de apuro... Hubo un momento que sí recuerdo que dije: «¿cuánto falta?». Porque es que yo pulsaba y pulsaba, y decía: «pero, Dios mío, ¿qué tan grande puede ser?».
Gracilea ¿Cuánto me falta?
Cati Ya falta poquito, ha ido superrápido. Lo has hecho superbién. ¿Cuánto falta? No lo sé, pero queda menos.
Deyrry Lo ha hecho de categoría.
Cati Lo ha hecho genial. Entre contracción y contracción, tú cierra los ojos. Relájate, aprovecha esos minutitos para recuperar fuerzas.
[Graciela da un gemido largo]
Cati ¡Muy bien! ¡Muy bien! Se asoma la cabecita de Laura, se ve el pelo. Eso es.
[Graciela vuelve a gemir, haciendo fuerza]
Graciela Claro, hubo un momento de la contracción más fuerte, que fue cuando sale la cabeza de la bebé... y todo estuvo como oscuro. Negro.
[Graciela gruñe]
Cati Eso es, muy bien. Despacio, despacio. Ya está saliendo, poquito a poco, la nariz. ¡Ya ha salido la cabecita! Ya ha salido la cabecita, ¿vale? Muy bien, el siguiente empujón, con la siguiente contracción, ya viene Laura, ¿vale?
Graciela Vale.
Graciela Y en el momento que quise... que ya era lo último, agarré la mano de mi pareja y la mano de la matrona, y apreté lo más fuerte que pude. Y ahí fue donde llegó Laura.
[Graciela da un gruñido largo]
Cati Fuerte, fuerte, fuerte... ¡Eso es! Sigue empujando... ¡Muy bien, enhorabuena!
[se oye el llanto de Laura]
Graciela ¿Por qué lloras, mi amor? No llores...
Cati Muy bien.
Graciela Tanto tiempo en la barriga y al salir a algo que no conoce... pues que siente seguridad que su mamá está, de que ella está conmigo, de que yo soy su protección. Lo mejor es eso.
Graciela Mira a papá.
Cati Aquí justo, ¿vale? Ahora sí que podemos cortar el cordón.
Deyrry ¿Lo puedo cortar yo?
Cati Claro.
Graciela Pensando en que el papi no podría y que se iba a desmayar, que no sé qué... Que, de hecho, no dejó entrar a la abuela, que también quería estar en el parto. Pero no, se agarró el parto para él solo. Yo sentía que tenía un pilar allí, donde podría sostenerme. Tenía mucho apoyo, tanto el de las cámaras como el de las matronas, como el de mi pareja.
Claudia Cuando Graciela dice «las cámaras», se refiere a nosotras. Y ha sido un alivio saber que nuestra presencia ha sido una ayuda y no una interferencia. Ha sido el primer parto de Graciela y también el mío: el primero que grabamos para el documental “Parir en el siglo 21”.
Entonces, sentí curiosidad y quise saber cómo parió mi madre y cómo nací yo. Ella siempre lo recuerda como el mejor momento de su vida, pero desconocía la historia completa. Para los años 90, una mujer que va a parir por primera vez con 36 años era lo que llamaban “primípara y añosa” y el parto se consideraba de riesgo.
Bajo este pretexto, no se atrevió a imaginar otras opciones de parto que no fueran en manos de un ginecólogo y en un hospital. Ella recuerda que la ingresaron demasiado pronto, le pusieron oxitocina y la ataron durante el expulsivo, aunque pidiera varias veces que no lo hicieran. A día de hoy, sigue sin entender por qué la ataron. Al final nací con fórceps y me separaron de ella al nacer.
Hasta entonces, había imaginado el parto como un trámite médico por el que había que pasar y no como una experiencia fisiológica. Y mucho menos había reparado en que se podía ejercer violencia. De hecho, en las clases que grabamos con Graciela, muchas mujeres embarazadas ya habían compartido testimonios de tratos ofensivos y prácticas irrespetuosas en sus anteriores partos.
Loli Entonces, hoy vamos a hacer el buzón de los miedos.
Mujer 1 Miedos antes: proceso de hospitalización, miedos, dolor, ansiedad y nervios... Trato del personal sanitario. Y miedos después, cómo darle el pecho a mi bebé, posiciones.
Loli Miedo a los profesionales sanitarios, es la primera vez que lo ponen.
Nuria El trato...
Loli Bueno, nunca sabes con quién... Pero lo normal es que la gente que está trabajando allí... son profesionales... y os atiendan bien. Pero a veces, por lo que sea, puede fallar algo.
Nuria Sí, no podemos poner la mano en el fuego por todos.
Libia Alla, de donde nosotras venimos, te puedes encontrar un profesional excelente, como te puede encontrar a la persona que lo estudió por estudiarlo. Y te puede decir: «Cállate, no llores».
Mujer 2 Me hacía ruido, con las contracciones, hacía “uhhhh”... un ruido raro. Y me decía: «Aquí no se viene a chillar». Y yo: «Es que no estoy chillando».
Loli ¡¿Cómo que no se viene a chillar?! ¡Pues si hace falta chillar, se chilla!
Mujer 2 Me lo dijo de malos modos: «Aquí no se viene a chillar». Y yo le decía: «Pero es que yo no soy, es mi garganta».
Loli Ya, pero aunque chillaras, aunque chillaras...
Mujer 3 Me entró como un banderillero, y me hizo daño.
Claudia Empezábamos a ser conscientes de que, por desgracia, no se trataba de unos pocos casos aislados. Siempre que iniciamos un documental partimos de nuestra propia ignorancia, de nuestros prejuicios. Por eso, antes de empezar siquiera a plantear o algo parecido, decidimos escuchar a las mujeres.
Así que, en julio de 2021, publicamos en redes sociales un llamamiento a mujeres que quisieran compartir su experiencia con nosotras.
Las redes sociales han tenido un papel esencial a la hora de romper el silencio y han permitido a las mujeres difundir sus experiencias y dar a conocer sus historias. Al igual que el movimiento “Me too”, la información publicada en estas plataformas ha confirmado que las mujeres que son víctimas de violencia obstétrica a menudo son silenciadas, o tienen miedo a hablar por el estigma, por pensar que son las únicas a las que les ha ocurrido algo así. Pero no están solas. En menos de una semana recibimos 150 correos. La mayoría era de mujeres que habían sufrido partos traumáticos. Pero, para nuestra sorpresa, uno de los primeros mensajes que recibimos fue este: «Hola, soy Alicia Martínez, matrona. He presenciado violencia obstétrica. Si os sirve mi testimonio, estoy dispuesta a colaborar».
Así conocimos a Alicia, una matrona que, al igual que Cati, se formó en Inglaterra. Pero su futuro profesional al volver a España fue muy diferente.
Alicia Yo en ese momento no sabía que había elegido una opción tan diferente a la española, pero allí la matrona es totalmente autónoma en su trabajo. Y yo lo consideraba, pues lo normal. Cuando decidí volverme a España... [ríe] aterricé en un sistema muy diferente al que yo conocía, en el que yo no era la que decidía, sino que tenía que acatar las órdenes de los ginecólogos, que eran los que llevaban el control y el seguimiento de las mujeres. Entonces, renuncié a trabajar en paritorio. Decidí que no quería estar bajo la jerarquía de otros profesionales, cuando no entendía los criterios que utilizaban y me parecían diferentes a los que yo conocía como evidencia científica; y decidí pasarme a atención primaria. Y dentro de eso, me encuentro un poco atada de manos a la hora de explicarles todas las opciones que tiene y cómo lo pueden hacer porque sé que, en función de qué profesional se encuentren, van a encontrar que lo que yo les explico va a ser más posible o va a ser menos posible. Cómo gestionar eso para no crear falsas expectativas pero darle su empoderamiento a las mujeres, a veces es difícil.
Claudia Aparte de Alicia, hemos entrevistado a muchas más mujeres que contactaron con nosotras, y seguimos haciéndolo. Son historias duras de escuchar pero es necesario darles voz para identificar el problema que, como reconocía la Relatora Especial de la ONU al principio de este capítulo, se llama violencia obstétrica. Un concepto que está generando mucha polémica en el debate público y enfrentando, tanto a profesionales sanitarios como a políticos. Por eso, hemos querido investigarlo.
Queremos abordar esta problemática desde diferentes puntos de vista para intentar entenderla y acompañar el cambio. Seguiremos la evolución de la reforma de la ley sexual y reproductiva que se está planteando desde el gobierno y toda la controversia que genera. En los próximos capítulos, escucharemos a mujeres que han sufrido violencia obstétrica y acompañaremos a algunas de ellas durante sus procesos judiciales.
Lucía Parir en el siglo 21 es un pódcast de Barret Cooperativa. Barret somos Claudia Reig, Lucía Fos, Dani Fabra, Vicent Peris, Àlex Badia, Dani Palau, Paula Rausell y Carles Martorell. Este capítulo está editado por Dani Fabra y por mí, Lucía; y producido por Claudia y Àlex, que también hizo la música. El diseño de sonido y la mezcla son de Marc Arenas. Vicent Ibáñez hizo la web. También colaboran las periodistas Diana Oliver y Alba Mareca.
Seguimos en el próximo capítulo de Parir en el siglo 21. Hasta pronto.